Sin muletas
“Es loco que cuando vas a pedir ayuda tengas que proporcionarla, pero también hemos aprendido que ayudando se aprende”.
Con los años de exilio a la espalda, le tocó ir a terapia, a María la depresión le dio muy duro. El proceso para salir de ella le ayudó a ver todo el impacto de la guerra y la persecución de que había sido objeto la organización de familiares de la que hacía parte, más desde el fondo: “El atentado contra nosotras era porque hacíamos mella”.
El ataque contra líderes de organizaciones de víctimas, no solo es un intento de acabar con el tejido social, sino con el tejido reconstruido. Como un golpe que viene con otro cuando la gente se levanta. En los años que le tocó el exilio, le dio una depresión muy fuerte y le tocó tomar medicación, porque los fármacos no son la solución, pero a veces se necesitan muletas.
La terapeuta hablaba francés, y a María le tocaba hablar de esas cosas íntimas de lo vivido y de lo que seguía sintiendo, en una lengua en que no se reconocía. Pero puso todo su empeño. La terapeuta dominaba bien el idioma, pero no entendía cómo ni por qué María había tenido que vivir toda esa historia imposible. Tenía que entender para poder ayudar, pero le faltaba un mundo de sensaciones y vivencias para acompañarla a ponerlas en su sitio y no solo en ese tipo de mundo que es también el idioma. ¿Cómo explicarle que el chaleco antibalas pesaba más que la tristeza y que no podía usarlo en Colombia, o que el escolta que le habían puesto la acompañaba en el bus a su trabajo, o que en la asamblea de familiares los miembros de un operativo de inteligencia, que fue descubierto, les dijeron que estaban protegiéndolas de un atentado, sin siquiera decirles a ellas nada? ¿O que a los familiares de desaparecidos tantas veces los habían acusado de ser auxiliadores de la guerrilla, una coletilla de moda durante décadas?
La terapeuta estaba tan asombrada que se quedaba abrumada por una historia de horror incomprensible. Es difícil entender los sentimientos si no comprendes siquiera los hechos de carne y hueso. A María le tocó ayudarle a la terapeuta a entender. Y ese esfuerzo, hecho en otro idioma, de explicar lo inexplicable, le llevó a sí misma, y a dejar de usar las muletas. Es loco que cuando vas a pedir ayuda tengas que proporcionarla, pero también hemos aprendido que ayudando se aprende. A pesar de que ella estaba en el pozo, encontró así su orilla.
Sobre el blog...
Este blog recoge experiencias del exilio colombiano, y de todos sus nombres, refugio, asilo, víctimas en el exterior, desplazamiento transfronterizo. Todo ello habla del trabajo de la Comisión de la Verdad, en esa Colombia fuera de Colombia. Ese otro país, inexistente en este otro dentro de las fronteras.
Las víctimas que tuvieron que huir. Los defensores de derechos humanos perseguidos. Los secuestrados que se fueron después de ser liberados. Los militantes políticos que huyeron detrás de las balas. Las mujeres campesinas que salieron con sus familias. Los líderes cuya vida corría peligro. Las amenazas para la vida que unen tantas diferencias de periodos históricos, responsables y afectados, incluyendo familias y comunidades.
De todas esas víctimas, sobrevivientes, historias y escuchas de las que somos testigos, habla este blog. Y ojalá dialogue con quienes lo lean.
Carlos Martín Beristain
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