Tipos de salidas
La historia del refugio está habitada de desplazamientos internos anteriores.
“Mi salida de Colombia fue por una situación preventiva. Teníamos reflexiones ya acerca del exilio antes de mi salida, yo trabajaba en derechos humanos y en educación popular. En ese tiempo, muchas de las discusiones políticas eran quién tenía el mérito de salir al exilio, como para ser refugiado. Unas discusiones absurdas en medio de una guerra, sobre quien era más o menos amenazado”.
Javier no calificaba para tanto mérito, pero los nubarrones estaban demasiado cerca. Él se fue a Suecia. Y no quiso pedir asilo. Se dedica desde entonces a atender a refugiados de 35 guerras que le han tocado.
“Nosotros –en cambio- duramos en ese proceso de salir o no salir un par de años. Al final necesitamos el empujón del Colectivo de Abogados, que nos dijeron que o nos íbamos al exilio o íbamos a terminar en la cárcel o muertos, y aquí estamos. Pero antes nos tocó tres veces un exilio interno”.
La historia del refugio está habitada de desplazamientos internos anteriores. La gente no sale en estampida. La evaluación del riesgo forma parte de la historia previa antes de salir. Como los refugiados en los campamentos de Chiapas, México, me contaron cuando preparábamos el retorno en 1993: “Los refugiados somos hijos del miedo, así defendimos la vida”.
De las 35 guerras que ha escuchado Javier a través de los testimonios y la consulta psicológica, la de Colombia es la que mejor conoce. Pero también los dolores cruzados. Paramilitares afectados por pesadillas que no les dejan dormir. Defensores de derechos humanos que denunciaron a las autoridades y tuvieron que salir. Hay mujeres que salieron con su vientre habitado: “A mí también me tocó salir, hace seis años. Viví un año y pedacito en Ecuador por amenazas de la guerrilla, a la que había que pagarle una vacuna, digámosle así, entonces mi papá no tenía esa plata. Para asustarlo nos amenazaron a nosotras que, si no le pagaban, entonces nos sacaban a nosotros por los pies adelante. Me tocó salir de allá, cuando yo tenía tan solo 19 semanas de embarazo”.
En esta reunión, Eloína hace un resumen esta mañana de lo que le pasó a ella y a tantos: “En Colombia, para cuando te van a matar ya te has muerto varias veces”.
Sobre el blog...
Este blog recoge experiencias del exilio colombiano, y de todos sus nombres, refugio, asilo, víctimas en el exterior, desplazamiento transfronterizo. Todo ello habla del trabajo de la Comisión de la Verdad, en esa Colombia fuera de Colombia. Ese otro país, inexistente en este otro dentro de las fronteras.
Las víctimas que tuvieron que huir. Los defensores de derechos humanos perseguidos. Los secuestrados que se fueron después de ser liberados. Los militantes políticos que huyeron detrás de las balas. Las mujeres campesinas que salieron con sus familias. Los líderes cuya vida corría peligro. Las amenazas para la vida que unen tantas diferencias de periodos históricos, responsables y afectados, incluyendo familias y comunidades.
De todas esas víctimas, sobrevivientes, historias y escuchas de las que somos testigos, habla este blog. Y ojalá dialogue con quienes lo lean.
Carlos Martín Beristain
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