Líderes y lideresas campesinas, así como las autoridades étnicas, se han convertido en objetivo de violencia por parte de todos los actores armados debido a sus acciones de control territorial y el rechazo a los cultivos de uso ilícito y el tráfico de droga en sus territorios
Voces y relatos que complementan la temática.
¿Qué pierde Colombia cada vez que matan a un líder social?
¿Por qué persiste el conflicto en el Cauca?
Voces y relatos que complementan la temática.
El compromiso de los pueblos étnicos con la paz
Despues de padecer las garras de los Pájaros de La Violencia, los pequeños propietarios de tierra fueron asfixiados por el poder económico de las grandes haciendas agroindustriales. Algunos emigraron; otros se emplearon como cortadores de caña. Ir al capítulo
Ya en los 70, llegaron las siglas de sangre de las guerrillas –Farc, ELN, M-19– y aparecieron los traficantes de cocaína del Norte del Valle, pioneros del negocio en Colombia. La resistencia popular se consolidó con organizaciones como el CRIC. Ir al capítulo
En los 80 y 90, se enseñorearon aún más guerrilleros y narcotraficantes. Mientras las Farc asesinaban indígenas, los mafiosos aprovecharon la quiebra de los pequeños cultivadores para apoderarse de las tierras y habilitarlas para la ganadería. Ir al capítulo
Farc y Cartel de Cali siguieron siendo dos volcanes en erupción. En 2002, las Farc secuestraron a 12 diputados del Valle del Cauca. La captura de los jefes del Cartel originó una sangrienta disputa por su control. Surgió el Bloque Calima de las AUC. Ir al capítulo
ocuparon nuevas bandas ligadas también al narcotráfico. Replegadas por la Seguridad Democrática, las Farc se degradaron más y se dedicaron de lleno a la criminalidad común. Ir al capítulo
El Acuerdo de Paz con las Farc, aunque aplacó la tormenta, no ha traído tampoco la calma completa a la región. Sus disidencias han seguido alimentando los vientos de guerra. Pero los campesinos mantienen la resistencia y avizoran un futuro mejor. Ir al capítulo